Intento abrir los ojos pero los siento pesados. Me duele mucho la
cabeza. Hago un mínimo movimiento y me quejo porque me doy cuenta que me duele
todo el cuerpo como si me hubieran dado una gran paliza. Al quejarme siento que
tengo la garganta seca y que tengo mucha sed. Vuelvo a intentar moverme pero no
puedo. ¿Qué me pasa?, me siento débil y dolorida. Estoy desconcertada, no
entiendo dónde estoy pero me noto que estoy tirada en el piso y que por lo poco
que pude abrir los ojos todo está oscuro y no logro ver absolutamente nada. En
el ambiente se puede percibir un olor horrible a humedad y encierro, como si
fuera una cueva sin ventilación que me provoca nauseas. Vuelvo a intentar
moverme lento pero estoy tan dolorida que me vuelvo a quejar pero esta vez más
fuerte por un profundo dolor en las costillas.
-
Se
despertó
Siento que alguien dice en un susurro en la habitación. “No estoy sola”,
pensé
-
Shhh – le
dice otra voz
-
¿Dónde
estoy? – Pregunto a ciegas y con bastante dificultad por mi garganta seca, pero
nadie me responde y dejo pasar algunos minutos hasta que tomo fuerzas - ¿Dónde
estoy? – Vuelvo a preguntar intentando elevar un poco más la voz por si no me
escucharon.
-
Respondele
Katy – Le suplica una voz femenina, la primera a la otra
-
Shhh, cállate
– La reta
-
Agua… por
favor – Ya no aguanto la sed
-
Katy…
Siento que la otra mufa
pero se mueve, toma un jarrito y vierte un líquido que debo suponer es agua,
mmm la deseo. La siento acercarse a mí y me toma del brazo
-
Ayyy…. –
El dolor es muy fuerte
-
Perdón…
Me vuelve a tomar del
brazo pero de manera más delicada y me ayuda a que me siente con mucha
dificultad y a pesar del inmenso dolor que siento en todo el cuerpo finalmente
logro sentarme en el piso y apoyarme en una pared, que siento húmeda en mi espalda. Siento su mano en
mi rostro y me acerca un jarro a la boca y vierte el líquido. Sorbo el agua
desesperada pero al pasar por mi garganta me arde y comienzo a toser. Siento el
sabor metálico de mi propia sangre, también tengo la boca lastimada.
-
Tranquila…
toma despacio, es evidente que llevas días sin tomar líquido
Le hago caso y tomo de
a sorbitos, cuando me siento zaceada siento que se aleja.
-
No veo
nada. ¿Estoy ciega?
-
No. No
entra luz aquí donde estamos
-
¿Dónde
estamos?
-
Bajo
tierra
-
¿Por qué?
¿Estamos secuestradas?
-
Creemos
que sí
-
Me siento
muy dolorida
-
Te habrán
dando una buena paliza
-
¡Oh no,
Katy!… ¿Nos golpearan a nosotras también? – Dice la otra mujer angustiada, que
por su voz parece bastante joven
-
Shhh no
llores, que nos pueden escuchar
-
¿Quiénes?
– Pregunto
-
Los de
afuera, son salvajes y no nos tratan bien, debemos mantenernos en silencio y no
llorar… no sabemos qué nos pueden hacer pero considerando como estás tú, seguro, nada bueno.
Me abrazo queriendo
sostener el dolor intenso de la costilla izquierda e intento recordar algo de
lo sucedido anterior a estar ahí y en esas condiciones, pero no lo logro, no
logro recordar absolutamente nada, inclusive de quién soy ni cómo me llamo.
Pero de algo sí estoy segura y es que debo salir de aquí sea como sea.
-
¿Vienen
seguido? - Pregunto
-
Sólo una
vez al día a traernos un poco de pan y agua… aunque que desde que te trajeron
no volvieron
-
¿Cuándo me
trajeron?
-
Si el
cálculo no me falla….mmm creo que hace dos días
-
Deberíamos
intentar escapar
-
¿¡Estás
loca!?
-
Tal vez… - hago el intento de poder ver algo pero no
se ve absolutamente nada, toco la pared y se nota al tacto que es como de
arcilla y piedra… realmente estamos bajo tierra. Me pregunto dónde estará la
puerta. – Al menos deberíamos intentarlo
-
Nos
matarían si nos descubren
-
Nos
matarán de todas formas
-
No me voy
a arriesgar… tengo la esperanza que nos rescatarán
-
Katy… -
dice la joven asustada
-
Shhh
De repente un golpe muy
fuerte proveniente del exterior hace temblar la cueva. Las tres nos quedamos en
silencio e inmóviles al instante y la otra joven del susto comienza a llorar.
-
Ahí vienen
– dice entre sollozos
A lo lejos se comienzan
a escuchar unos pasos, son fuertes y firmes, o tal vez el no ver me agudiza el
sentido de oír, son muchos y se oye claramente como retumban en cada paso que
dan. Cierro los ojos para sentirlos aún más y lograr identificar desde que
dirección vienen. Logro captar que vienen desde mi izquierda y cuando los pasos
son cada vez más claros se paran a dos metros aproximadamente de dónde me encuentro.
Siento que abren como una especie de compuerta y una luz muy brillante nos cega
por completo obligándome a tapar mis ojos con los brazos. Es tan brillante que
me lastima y comienzo a llorar sin querer. Noto que alguien entra por la sombra
y oigo que la joven pega un grito desgarrador. También lo hace Katy y oigo que
la golpean. Ahogo el llanto para que no me escuchen y el pecho se me contrae de
terror. La joven, que aún sigo sin saber su nombre, grita de manera desesperada
nombrando a Katy e implorando piedad, pero siento que se la llevan cerrando la
compuerta y volviéndonos a dejar en la oscuridad. Sigo escuchando sus gritos a
lo lejos mientras los pasos se alejan hasta que finalmente llega el silencio
absoluto.
-
Katy…
Katy… - La llamo mientras me arrastro como puedo hasta donde está ella pero ni
siquiera la escucho moverse. ¿La habrán matado? Llego a su lado y desesperadamente
comienzo a tantearla hasta encontrar su rostro, lo siento mojado, es sangre
estoy segura y de manera inevitable comienzo a llorar. Vuelvo a sus hombros y
la vuelvo a llamar junto al oído mientras la zamarreo para que despierte pero
no lo hace. Desesperada me acerco a su corazón, está viva… ay dios mío… tengo
que salir de aquí.
Intento pensar un plan
pero no se me ocurre ningún otro que intentar abrir la compuerta y escapar.
Tomándome de la pared intento pararme. Cuando lo hago, a pesar del dolor,
camino sin dejar de tocar la pared como guía, hasta llegar a la supuesta
compuerta. Cuando llego, o al menos eso creo, sigo tanteando para encontrar
algo que me indique algo para poder abrirla. Sigo en el tanteo hasta que
encuentro una especie de palanca, la tomo entre mis manos y tiro de ella. Está
dura, pero algo se movió. Vuelvo a tirar de ella pero esta vez con más fuerza
sin importarme el dolor del cuerpo. Siento que comienza a moverse y sigo
tirando con todas mis fuerzas hasta que poco a poco logro abrirla. Sonrío
esperanzada por mi logro. Con mucha cautela empiezo a asomarme, también está
oscuro afuera, pero como ya tengo las pupilas dilatadas por la oscuridad logro
distinguir un pasillo largo que lleva hacia donde había oído los últimos gritos
de la joven. Decido tomar el pasillo. Cuando doy mi primer paso oigo a Katy
quejarse y me paro en seco. No puedo dejarla, pienso. Dudo algunos segundos
pero finalmente entro a buscarla.
-
Katy…
Katy…
-
¿Dónde
está Melany? – me dice en un susurro
-
Se la
llevaron… Katy… logré abrir la puerta, podemos intentar irnos
-
Nooo – e
intenta zafarse de mis brazos
-
Vamos Katy
podemos hacerlo
-
Nooo, nos
van a matar como a Melany – dice llorando sin poder controlarlo, pero casi en
silencio para que no la escuchen
Intento calmarla y
darle algo de esperanza insisto unas cuantas veces más y finalmente logro que
me siga.
Le anuncio mi nombre
para que lo sepa por si tiene que llamarme y ambas comenzamos a caminar con
mucho cuidado por el largo pasillo, hay un silencio absoluto, intentamos ser
cautelosas y estar atentas a cualquier ruido exterior. Llegamos al final del
pasillo y no detectamos ninguna puerta. Ambas tanteamos las paredes ilusionadas
pero no encontramos nada, hasta que recuerdo que Katy me había dicho que
estábamos bajo tierra e instantáneamente miro hacia arriba. El techo lo tenemos
prácticamente en nuestras cabezas con lo cual no me cuesta mucho tocarlo, solo
con ponerme en puntas de pie logro apoyar por completo las manos. Ambas
comenzamos a tantear hasta que Katy me llama indicándome que la encontró. Entre
las dos la empujamos hacia arriba, es pesada y resulta ser como una tapa, así
que solo la levantamos un poco y enseguida nos ilumina la luz del exterior
envolviéndonos en esperanza pero el abrumador ruido de estruendos, tiros,
explosiones y gritos desesperados como si afuera hubiera una guerra, nos
paraliza y nos miramos con pánico. Comenzamos a arrastrarla hasta dejarla
apoyada en un costado, por lo que podemos distinguir desde abajo es que tenemos un camión encima del agujero. ¡Al fin
algo de suerte!, pensamos.
Katy me indica que
salga yo primera y lo hago, luego la ayudo a ella, finalmente quedamos ambas
acostadas boca abajo debajo del camión. Cuando comenzamos a mirar a nuestro
alrededor nos horrorizamos de lo que vemos, efectivamente estábamos en medio de
una guerra y lo que teníamos encima era un camión militar.
-
Sara… ¿Qué
hacemos ahora?
Miro hacia todos lados
en busca de algún refugio pero no veo nada que nos pueda proteger, tampoco
tengo idea de quién nos puede ayudar o quién nos puede matar. A cincuenta metros aproximadamente veo que hay
otro camión como el que tenemos encima pero está un poco más alejado del
sangriento tiroteo que hay a nuestro alrededor.
-
Tenemos
que llegar a ese camión
-
¡No Sara,
nos van a ver!
-
Están
distraídos matándose entre sí, tenemos que ser rápidas, ¿lo podrás hacer?
-
Tengo
miedo
-
No tenemos
otra opción, Katy, tenemos que hacerlo. – La miro a sus ojos llenos de angustia
y miedo e intento trasmitirle confianza a pesar de que estoy tan aterrada como
lo está ella. Me asiente con la cabeza y le sonrío apenas para agradecer su
confianza y salgo corriendo. Noto que ella me sigue y aumento mi velocidad en
dirección al otro camión, no existe el dolor que me impida correr, solo la
esperanza de vivir… de sobrevivir.
Cuando me falta poco
por llegar el grito desgarrador de Katy llamándome me paraliza y enseguida me
doy vuelta para mirarla. Está parada con sus ojos llenos de lágrimas y se lleva
una mano al pecho que está bañado en sangre, me mira y logró leer en sus
labios, “sálvate”, y cae derrumbada en el suelo, con una bala traspasada en su
pecho. Mi instinto es querer salir a socorrerla, pero es inútil. Vuelvo a la realidad y salgo corriendo hacia
el camión. Corro con todas mis fuerzas, intento aumentar la velocidad sin mirar
atrás, me falta poco, estoy a metros de llegar cuando siento que tres heridas
profundas perforan mi cuerpo paralizándome por completo. Veo que el camión se
aleja como si hubiera sido una alucinación y una luz cegadora invade todo mi
ser. Todo mi alrededor se convierte en silencio, siento que me ahogo y que no
puedo respirar. Caigo al suelo y finalmente el dolor se va.